Cómo manejar el exceso de información y no caer en la INFOXICACIÓN
Día a día la inclusión de nuevas tecnologías nos ofrece la posibilidad de estar en permanente conexión a través de un simple “clic", recibiendo información en grandes cantidades; es ahí donde nos preguntamos ¿hasta dónde queremos estar informados?
La Infoxicación es el fenómeno en el que todo lo que queremos saber supera nuestra capacidad de asimilación y termina por reprimir nuestra capacidad individual de análisis.
Actualmente el acceso a fuentes de información es muy amplio y de libre circulación, dado que cada día buscamos obtener datos relevantes acerca de nuestro contexto social, económico, de salud, entre otros, convirtiendo a los portales de noticias, blogs o redes sociales en nuestra fuente de datos, que en algunos casos cuenta con aportes de expertos, investigaciones con fundamentos científicos o periodísticos, vídeos históricos o testimonios de personas en relación al hecho; mientras que en otros lo hace con apreciaciones personales.
Toda esta avalancha de contenidos hace que terminemos por olvidar lo que realmente buscábamos y la sobreoferta de información nos abruma tanto que optamos por terminar leyendo solo titulares, resaltados o negritas, dejando vacíos en nuestra investigación o búsqueda de la verdad.
Pero la sobreinformación no termina allí, también nos encontramos con la variante del algoritmo de los buscadores que utilizamos en Internet, pues en medio de nuestra búsqueda empezamos a ver contenidos recomendados de productos o servicios en relación con nuestro tema en cuestión, dejando nuestra búsqueda inicial en un estado pasivo y activando nuestro interés por el tipo de contenido nuevo que hemos encontrado. Pero entonces, ¿qué tipo de soluciones le podemos dar a este exceso de información?
Lo primero que debemos procurar al momento de indagar datos en nuestro computador o celular es buscar en fuentes relevantes en donde prime la calidad que la cantidad, como lo son, sitios oficiales que manejen fuentes que no malinterpreten la información, por ejemplo plataformas de medios de comunicación oficiales, entidades gubernamentales, estatales o corporativas. En segunda instancia, podemos depurar la información que vas encontrando en la Internet, como, por ejemplo, basarnos solo en los datos que encontramos en redes oficiales de empresas o entidades involucradas en el hecho que estás investigando, también podemos curar este contenido a través de plataformas que filtran la información que llega de las fuentes que se han elegido, evitando así ser infoxicado o compartir “fake news”.
Otra de las opciones es, si regularmente usamos Twitter podemos crear listas con perfiles de cuentas oficiales o temáticas a fines, las cuales podemos consultar de manera constante.
Internet siempre estará en continuo crecimiento, pues la información siempre será aliada de la constante innovación tecnológica que responderá a muchas de nuestras dudas y necesidades. Sin embargo, la clave para no caer en el error de saturarnos o informarnos mal, es ser inteligentes y prácticos a la hora de gestionar y organizar cada dato o fuente que nos vamos encontrando en nuestra búsqueda de la verdad. Así que tu meta ahora que lees esto es ¡lograr filtrar de manera correcta la información que llega a tus manos y ser responsable de aquella que compartes!
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