Oportunidades y amenazas de una pandemia como el Covid-19 para Latinoamérica

Alfonso Saldana Barrios - Unitec
Comunidad bloguera

 

OPORTUNIDADES Y AMENAZAS DE UNA PANDEMIA COMO EL COVID-19 PARA LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE


“Las cifras no son nada alentadoras, cada día aumenta el número de infectados y cada día está más cerca de nosotros, justo hoy se conocieron nuevos casos en Latinoamérica y en Colombia”.

Los coronavirus (CoV) son una amplia familia de virus que pueden causar diversas afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como ocurre con el coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el que ocasiona el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV). Un nuevo coronavirus es una nueva cepa de coronavirus que no se había encontrado antes en el ser humano (Organización Mundial de la Salud, 2020).

 

Hablar de oportunidades frente a un caso serio de una posible pandemia es algo aberrante en todo el sentido de la palabra, pero en el mundo de las Ciencias Económicas, las crisis han dejado unos réditos importantes, además de ser principalmente hitos claros de cambios generacionales y de aperturas económicas impresionantes.

Desde las plagas desatadas en tiempos bíblicos del libro del Éxodo, pasando por la pandemia más devastadora de la historia como lo fue la Peste Negra o muerte negra, hasta el día de hoy donde nos enfrentamos a los COVID - SARS y MERS, podemos decir que cada una ha dejado un legado para discutir su implicación en relaciones de dominación, otrora y hoy relaciones económicas.

Para poder poner en contexto esta situación, es importante recordar para qué sirvieron cada una de estas.

  • Las 7 Plagas de Egipto:

El libro del Éxodo en el Antiguo Testamento relata: …Dios libera a su pueblo «con gran poder, mano fuerte y brazo extendido», abriendo un camino en el mar (Bíblicas San Pablo, 2020).

En el libro Éxodo 7.14.-ss Yahvé le manda una serie de plagas al faraón por intermedio del bastón de Moisés: Agua convertida en sangre, ranas, mosquitos, tábanos, peste, úlceras y tumores, granizo, langostas, tinieblas y muerte de primogénitos.

Todas estas plagas y la necesidad de contar con mano de obra gratuita fueron un gran golpe para el faraón de Egipto quien lentamente sucumbió a las necesidades expuestas por Moisés y Arón quienes liberaron a su pueblo.

Ahora bien, en términos de tiempo, no es prudente hablar de serios problemas económicos ya que sería anacrónico el concepto, pero si se puede hablar de la importancia que tienen este tipo de fenómenos en los procesos de abastecimiento y sobre todo de dominación de unos grupos poblacionales frente a otros menos favorecidos o fuertes.

Este primer episodio de plagas supuso para una población dominante un problema serio, las amenazas vienen de afuera, en este caso la furia de Dios, quien otrora hizo pactos con Abraham e Israel.

Para el caso que nos llama hoy la atención, hablar de estas plagas, es hablar de la única forma de poder salir de la dominación de los egipcios para la tribu de Moisés, la cual era una tierra prometida de leche y miel. No fue fácil, pero para los creyentes fue un nuevo paso (pascua) y una nueva oportunidad de ser seres libres.

  • La Peste Bubónica, Negra o simplemente la muerte negra

El segundo caso que supone oportunidad y amenaza surge en Asia, igual que el COVID-19 y se le atribuye también a un pequeño roedor, sin embargo, dado que la historia que conocemos es principalmente la Europea (gracias a nuestra herencia), se sabe que hacia 1.348 claramente ayudada por las pésimas condiciones higiénicas, la mala alimentación y los elementales conocimientos médicos (National Geographic, 2020).

Este escenario de Europa en plena edad media no es muy acogedor ya que en estos tiempos también inicia un éxodo masivo a las grandes ciudades y esto supone el no estar preparados para todos los cambios a los que se enfrentaban las personas, el hacinamiento, los problemas sanitarios y una aglomeración en aumento de roedores desencadenaron por más de 400 años una muerte masiva y sistemática de personas tanto pobres como ricos.

La amenaza es clara, desde oriente viene dicho problema, no hay dictamen, no hay tratamiento, los curanderos de la época morían a la par con las personas menos fervientes, obispos y curas buscaban ampliar el número de sus familias e hijos evitando a toda costa una extinción masiva y sobre todo definitiva. Pero de toda crisis surgen grandes ideas para el que sabe poner cuidado en los detalles y sobre todo al que es inquieto.

A partir de esta pandemia, no siendo la única en dicho espacio de tiempo, surgen los primeros hallazgos y el objeto científico tiene una génesis inimaginable, la ciencia ya inicia con paso fuerte y allí se encuentran los principales hallazgos tales como los que resultaron de: “Kitasato y Yersin, de forma independiente pero casi al unísono, descubrieron que el origen de la peste era la bacteria Yersinia Pestis, que afectaba a las ratas negras y a otros roedores y se transmitía a través de los parásitos que vivían en esos animales, en especial las pulgas (chenopsylla cheopis), las cuales inoculaban el bacilo a los humanos con su picadura” (National Geographic, 2020).

Otra oportunidad surge para finales del siglo XV con el descubrimiento del nuevo mundo, con el cual un grupo selecto de pobladores de España, Portugal e Italia, entre otros, huyendo de la miseria, de la peste y sobre todo de la pobreza, se embarcan en la búsqueda de nuevos vientos y por azares del destino se encuentran con la mina más grande del mundo de la cual hasta nuestros días siguen siendo beneficiarios.

La oportunidad que deja la Peste Negra de la cual ya los invasores contaban con defensas propias fue económica, poblacional y, sobre todo, de dominación conteniendo un nuevo matiz, diezmando la población del nuevo mundo y ampliando sus tentáculos siendo el imperio que nunca duerme, llenando galeones de oro, piedras preciosas y especias que darían un nuevo aire a la época de la iluminación en Europa.

  • El COVID-19: La proteína que acarrea un tipo de coronavirus

No siendo tan letal como las anteriores plagas, hasta el momento, sí es una clara demostración de que la historia si no se vive, bien se repite, puede ser por sobre población en el mundo, por procesos poco higiénicos en el contacto con algunos animales o simplemente por cuestiones de Dios. Hoy deberemos centrar nuestra mirada a las oportunidades y amenazas que a diario tenemos gracias a esta pandemia.

Martes 14/04/2020, 11:00 a.m., los casos reportados en el mundo, presentados en la página de Global Cases by John Hopkins CSSE1 , ascienden a 1.942.360, de los cuales 121.726 han sido decesos; es decir, que al momento ha fallecido el 6,27% de los infectados. Para Latinoamérica y el Caribe en dicha fecha existen identificados: 9.784 en Perú; 7.529 casos en Ecuador, 7.525 en Chile, 5.014 en México, 23.955 en Brasil, 3.472 en Panamá, 3.167 en República Dominicana, 2.852 en Colombia, 2.277 en Argentina, 726 en Cuba, 612 en Costa Rica, 483 en Uruguay, 407 en Honduras, 354 en Bolivia, 189 en Venezuela, 167 en Guatemala, 159 en Paraguay, 149 en El Salvador, 113 en Trinidad y Tobago, 73 en Jamaica, 72 en Barbados, 49 en Bahamas, 47 en Guyana, 40 en Haití, 23 en Antigua y Barbuda, 18 en Belice, 9 en Nicaragua, entre otros. (Johns Hopkins CSSE, 2020).

Lo que supone uno es que no hay más infectados en el resto de Latinoamérica y el Caribe, esa es la visión optimista, la no optimista viene dada a partir de lo vulnerable que es el sistema de salud en el nuevo mundo donde no existe la tecnología ni la organización suficiente para detectar estos casos, lo que implicaría un colapso serio en el sistema y sobre todo una verdadera emergencia.

Si bien, la enfermedad puede ser tratable y muere en el lapso de unos días para un grupo poblacional, para otros puede ser un indicador de muerte mediata, nuestra amenaza como latinoamericanos vienen dada al poco o nulo control de su propagación y, por qué no, a su fortalecimiento a través de los días.

Otra seria amenaza radica en la fragilidad de los mercados bursátiles y la poca capacidad de abastecernos con nuestros propios medios, un país como Colombia cuyas importaciones a diciembre de 2019 ascendía según cifras del DANE a US $49.090,6 millones CIF son más altas que la exportaciones US $3.342,8 millones FOB es decir que la tasa cambiaria mensual está muy por debajo, exportamos en promedio un 6.8% de lo que importamos, lo que indica, en caso de cierre de fronteras y posibilidad de limitar importaciones, un desabastecimiento monumental en bienes de consumo, principalmente manufacturas.

Retomando el mercado bursátil en Colombia y su participación en los mercados de economías fuertes como la de Wall Street, se define una relación leve pero que no debe tranquilizar las finanzas de Colombia a nivel macro, la caída de esta bolsa supone que los fondos donde se encuentren capitales de firmas fuertes tales como las automotrices, petróleo, comodities y las industrias, no afectan de forma directa la doméstica, sin embargo la búsqueda de adquisición de activos “refugio” tales como el dólar o el oro, supone una caída inminente aún mayor del peso colombiano frente al dólar, como se vio el pasado viernes 03 de abril donde tuvo un precio de TRM por Dólar US por encima de $4.100 pesos colombianos. La oportunidad intrínseca radica en la adquisición de divisa tipo Euro la cual dados los contagios y cercanía con el paciente cero han perdido valor.

Hablar de oportunidad en los mercados extranjeros es algo ambiguo ya que hasta tanto no sepamos abastecer el mercado regional o al menos el local supone una serie de esfuerzos innecesarios y sobre todo desgastantes, al no tener consciencia clara de cuántos infectados tenemos, además de la epidemia, la credibilidad para explorar mercados externos es un enigma total.

La oportunidad en este aspecto es volver a creer en el mercado regional, traer desde El Pacífico Colombiano es menos riesgoso que traer desde China mariscos y productos de mar congelados para consumo propio. Traer desde el altiplano Cundiboyacense, la cebolla, la papa y demás tubérculos para consumo del resto del país es una excelente oportunidad. Recibir de forma directa el arroz y productos cárnicos desde los Llanos orientales siempre va a ser mejor que comprar estos mismos productos con firmas gringas. Y así supone uno que la gran oportunidad está en volver los ojos a nuestro campo, en valorar lo que se tiene y así abastecernos de nuestros propios productos.

Sin embargo, muchos analistas económicos dirán que el consumo de productos de primera necesidad podemos asumirlos y consumirlos en nuestras centrales de abastos y esto está bien, sabemos que tenemos todos los climas y gracias a nuestra ubicación geográfica la producción de alimentos es todo el año. Pero esto es solo el primer eslabón de los sectores económicos y por ende el que menor precio representa en temas económicos.

¿Qué hacer con el segundo eslabón o la industria?

De las importaciones mencionadas anteriormente, se debe destacar que alrededor del 75% corresponde a algún tipo de bien manufacturado o del sector industrial, frente a la posible pandemia, el 25% de las exportaciones de China se han detenido por cuestiones de salubridad dicen quienes recibían antes manufacturas de la actual fabrica del mundo, esto quiere decir a grandes rasgos que la cantidad de 11.000 millones de dólares mensuales2 que aproximadamente importamos de China, desabastecerán mercados importantes en las principales capitales del país, el comercio colapsará y seguramente se dará un brote más fuerte que el virus, el brote maligno de la inflación, esta, reitero, no solo se dará por el nerviosismo y la búsqueda incesante de abastecerse para los casos más extremos, sino también por la coyuntura política que vivimos en esta parte del globo, crisis de gobernabilidad de diferentes países, partiendo desde los roces de geopolítica entre México y Estados Unidos, pasando por los cambios constantes de gobiernos extremos en Centroamérica, la miseria que vive Haití, pasando por las presiones que interna y externamente vive Colombia, Venezuela, las marchas sociales en Chile y llegando a escenarios extremos como la crisis económica y de gobierno en Argentina.

Y la pregunta se responde sola, no es fácil ser descubiertos en plena época de iluminación y aún vivir en la edad de piedra, esta que les permitió a nuestros ancestros en el siglo XV vivir en un paraíso. Hoy permea nuestro kínder, procesos de manufactura propia, mecanización, automatización en esta parte del globo no indica aún la madurez de hacernos cargo de nuestra propia industria.

La oportunidad viene dada a tener aún índices altos de población económicamente activa a diferencia de países desarrollados donde los adultos mayores, en muchos casos, son mayoría. Latinoamérica tiene aún jóvenes dispuestos a trabajar en diferentes áreas, pero los que más interesan en esta parte son los estudiantes de carreras técnicas, tecnológicas y profesionales, quienes bajo este conocimiento podrán darle valor agregado a cada uno de los emprendimientos o intraemprendimientos que realicen.

Comprar en casa no es tan complejo como se piensa, si usted vive en Bogotá no es difícil ir a comprar zapatos de excelente calidad y precios sin igual en el Barrio Restrepo, aprovechar los precios inigualables de prendas de vestir con diseños de moda y excelente material en el “Madrugón” en el centro de Bogotá, manufactura de satélites que en su gran mayoría son familias colombianas que emprenden a diario, ir al hueco en Medellín o a Itagüí donde persisten aun empresas como Coltejer.

La oportunidad definitiva que una pandemia como el COVID-19 trae para países como el nuestro es que tomemos un tiempo en mirar nuestra propia cultura, en no seguir siendo esclavos de un faraón como lo es el capitalismo salvaje, en buscar internamente reactivar la economía para evitar hacinarnos como en la edad media, dándole al campo el lugar que se merece, dejando fluir el oxígeno y sobre todo preservando lo más importante de la vida que es el agua.

En cuanto al sector servicios…

Los puntos suspensivos denotan una incógnita y más que esto una tarea por hacer, si en nuestros países latinoamericanos no logramos dar el salto de la industrialización, mucho menos podremos entrar en las grandes ligas del sector servicios, sin embargo, el sector Bancario en Colombia denota un crecimiento sostenido y evidencia que es el principal apalancador de la economía.

Frente a este último sector económico, es importante destacar también que el COVID-19 es mucho más fuerte gracias a la era de información que vivimos actualmente el servicio de comunicación es un arma de doble filo de la cual algunos ven como oportunidad y otros como una seria amenaza.

Contamos con información de primera mano, pero hay que recordar que la importancia de esta información radica principalmente en lo que se haga con ella y sobre todo si es o no real, la información por si sola es completamente inofensiva, pero si se ordena de una forma favorable para unos pocos, puede desencadenar serios problemas reales.

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*1 COVID-19 Dashboard by the Center for Systems Science and Engineering (CSSE) at Johns Hopkins University (JHU)
*2 Informe de importaciones DANE a diciembre de 2019

Autor: Alfonso Saldaña Barrios

 

Bibliografía
Bíblicas San Pablo. (02 de 03 de 2020). San Pablo
Johns Hopkins CSSE. (03 de 03 de 2020). Coronavirus COVID-19 Global Cases.
National Geographic. (02 de 03 de 2020). Historia National Geographic
Organización Mundial de la Salud. (02 de 03 de 2020). OMS Mundial.